Este destino del sudeste asiático es cada vez más elegido por los viajeros. En este post te cuento mi experiencia en la ruta por el Norte de Vietnam que incluyó paisajes naturales, sana gastronomía y diversidad cultural en medio de extensas terrazas de arroz.

Ruta por el Norte de Vietnam: Mosaico étnico
Vietnam se está convirtiendo en uno de los destinos más visitados del Sudeste Asiático por sus paisajes naturales como la Bahía de Halong (En este post te cuento sobre Bai Tu Long, la ruta menos turística), su sana gastronomía y su diversidad cultural que combina siglos de historia local, china y francesa. El país es un verdadero mosaico étnico: el 86% de la población pertenece a los Viet (Kinh) mientras que el 14% restante se compone de otras 53 etnias.
La región del Norte de Vietnam es el mayor refugio de estas minorías, ya que muchas etnias del sur de China como los Thai, H’mong y Dzao emigraron debido a la guerra con los mongoles desde el siglo XII. Para quien busca vivir experiencias únicas, es un rincón bien diferente del país porque allí se puede conocer la vida auténtica de las minorías étnicas que, fieles a su modo de vida ancestral y fuertemente arraigadas a sus costumbres, desde la vestimenta, arquitectura y actividad agrícola, conviven pacíficamente en un ambiente natural y sereno.
Explorando Mai Châu, el valle de los Thai blancos
A los costados de la ruta hay decenas de plátanos, hamacas paraguayas para descansar, carteles del régimen socialista actual y banderas vietnamitas colgadas en cada entrada de las casas. Casi no hay colectivos ni autos pero sí bueyes de agua que ayudan a preparar la tierra para los cultivos y muchas motos: algunos pocos turistas aventureros que se animan a la carretera y los locales que se trasladan y parecen llevar sus negocios a cuestas. No es raro verlos con enormes bolsones de frutas para intercambiar en los mercados, cañas de bambú para la construcción y hasta jaulas con gallinas y chanchos.
A través de Hoa Binh (a unos 135 km de Hanoi) se llega por carretera a Mai Châu, el pueblo de la minoría Thai blanco. El caos citadino de la capital de Vietnam queda atrás y las llanuras gradualmente dan paso a las colinas y montañas. También empiezan a aparecer los paisajes de arrozales en distintas tonalidades de verdes. Mai Châu es el valle de piedra caliza de Vietnam donde los Thai blancos han vivido desde hace mucho tiempo. Este grupo étnico tiene el mismo origen de los Thai en Laos y Tailandia, y migraron de Yunnan, China al sudeste asiático desde el siglo XII a lo largo del río Mekong.
Atraídos por la amabilidad y hospitalidad de los Thai, algunos pocos viajeros llegan a Ban Van y se hospedan en la casa de familia del Sr. Cuong. Lejos de los centros turísticos más populares, este es un pequeño pueblo de 150 habitantes distribuidos en once familias. La aldea seduce por su autenticidad: un conjunto de casas construidas sobre pilotes de madera y techos de paja y campos exuberantes de arroz a su alrededor. La mayoría de los Thai se gana la vida con la agricultura y con el tejido y se agrupan en pueblos de unas 30 a 50 familias patriarcales que son dirigidas por un jefe, generalmente la persona más sabia. El espíritu comunitario es muy fuerte en cada poblado.

Chieng Sa, Cha Long, Pom Coong y Ban Lac son aldeas muy cercanas entre sí y la mejor forma de recorrerlas es en bicicleta. En cada pedaleo se suceden imágenes de mujeres construyendo sus casas con cañas de bambú, riñas de gallos, libélulas que salen al paso y niños jugando en los ríos. Durante el paseo y, a pesar de no compartir el idioma, los lugareños saludan con una sonrisa a todo aquel que cruza su pueblo a modo de bienvenida. No es habitual ver turistas en este lugar. A lo lejos, se vislumbran alucinantes vistas de valles húmedos.

Cuong, un hombre retacón de cincuenta y cinco años y ojos rasgados, da la bienvenida a su casa con un té verde. Él fue el primero en brindar alojamiento a extranjeros en Ban Van, cinco años atrás.
La vivienda es típica de la arquitectura Thai, edificada sobre palotes y con el suelo hecho de tiras de bambú, cumpliendo las normas del feng shui: de espaldas a la montaña y de cara al mar. Sencilla pero limpia y espaciosa. Para entrar primero hay que descalzarse. Los Thai están influenciados por el Budismo y para ellos los pies, al ser la parte más baja del cuerpo, representa también la más impura. Las habitaciones están en el piso de arriba y no tienen camas ya que se duerme sobre unos colchones en el suelo. Una característica en cada hogar es el altar que se construye en honor a los antepasados con ofrendas que incluyen frutas, sahumerios y licor de arroz. Esta bebida también se usa para entablar confianza con los invitados al brindar con la frase Chúc sức khoẻ (salud).
Por la noche, la casa se llena de música. Los Thai son famosos por sus danzas folclóricas con trajes tradicionales. Un grupo de mujeres con camisas de seda coloridas, faldas ajustadas de terciopelo negro y pelo recogido, danzan sus bailes populares, tales como la “Danza de la cosecha” y la ”Danza de la flor de la montaña”.
Si bien no hablan ni español ni inglés, sólo su dialecto y el vietnamita, se comunican con los viajeros a través de gestos, sonrisas y la amabilidad con la que abren las puertas de su hogar. La recompensa más grande de dormir una noche en la casa de un local será poder convivir realmente con la cultura autóctona, descubrir sus costumbres y compartir sus historias.
Muong Lo, el segundo granero de arroz en el Noroeste
En el camino para ir a Muong Lo se visitan plantaciones de té verde en el pueblo Thanh Son, en la provincia Phu Tho. Son verdaderas colinas cubiertas de aroma; huele a naturaleza viva.
Muong Lo es el segundo granero de arroz en el Noroeste y desde hace 700 años aquí se cultiva el arroz en terrazas. Cuando el grano madura, su color amarillo hace más fantástica la vista de los extensos campos cultivados que parecen alfombras de distintas tonalidades. Los terrenos son del Estado que los cede a las familias para consumo interno, para comercializar y para aportar al depósito de alimentación nacional que tiene el país tras la hambruna de 1945. Es toda una suerte poder llegar en la época de la cosecha y observar todo el proceso de recolección que comienza bien temprano por la mañana y reúne a todos los integrantes de las familias, sobre todo a las mujeres, que enfangadas en el barro cortan manualmente la paja con espigas con una hoz. Verlas también cubiertas como ninjas por el sol que quema fuerte y utilizando la máquina trilladora que comparten con la cooperativa de la comunidad y siempre con una sonrisa, pese a ser un trabajo muy duro.

Mù Cang Chải, un paseo para descubrir las terrazas arroceras más hermosas de Vietnam
La carretera serpentea a través de la cordillera de Hoang Lien Son donde se encuentran las montañas más altas de Indochina que, envueltas en una densa niebla, parecen surgir de un mar de nubes. Hay que atravesar caminos sinuosos a más de 1000 metros de altura y cruzar por el paso de montaña Khau Pha, en la provincia de Yen Bai, para llegar a la zona de Mù Cang Chải, la capital de los campos de arroz de Vietnam.
Esta región del noroeste del país que está poco desarrollada tiene un rico entorno natural. Hay dos valles con arrozales en terrazas donde se puede caminar y disfrutar del paisaje: Tu Le y La Pán Tẩn. Son más de 2200 hectáreas de arrozales que como olas doradas zigzaguean las laderas y simulan pinturas surrealistas que hipnotizan a todos.


Esta zona es hogar de los H´mong Negro y los Thai, quienes se instalaron en relieves accidentados y son capaces de transformar colinas enteras en terrazas de arrozales mediante un trabajo de esfuerzo e ingenio.

Sapa, con sello francés
Sapa es el lugar más famoso de este recorrido. Ubicado a 1600 metros de altitud fue descubierto por los franceses en 1880 quienes, atraídos por su ambiente relajado y por el paisaje natural, lo convirtieron en una réplica de una villa europea con iglesias y chalets.
Además de ser conocida por los trekkings entre terrazas de arroz también lo es por su diversidad cultural. Aquí conviven, de forma pacífica, muchas de las minorías étnicas como los H’mong negros, los Giay y los Dzao Rojos que todavía usan sus vestimentas tradicionales y conservan sus costumbres. Por ejemplo, las mujeres H´mong confeccionan sus prendas de vestir con cáñamo que tejen ellas mismas y que tiñen de añil. Por eso, es muy común verlas en los mercados vendiendo sus artesanías con las manos teñidas de ese color.
La “Ciudad de la niebla”, como la llaman por su altura, hoy es un lugar demasiado turístico con una gran oferta de hoteles y restaurantes por eso se recomienda atravesar a pie el corazón del valle de Muong Hoa para conocer los auténticos pueblos étnicos de 2.000 habitantes como Y Linh Ho, Lao Chai y Ta Van y disfrutar de los arrozales en terrazas, los mercados coloridos y observar las escenas cotidianas de su gente.
*Artículo publicado en el Suplemento De Viaje en papel que edita la agencia DIB.
Aclaración: Esta ruta por el Norte de Vietnam forma parte de un viaje de prensa en colaboración con la Agencia Asiática Travel y las colegas Carina Fossati de Hills to Heels, Laura Saula y Bárbara M. Diez de Babilonia´s Travel.
Información útil sobre la ruta por el Norte de Vietnam
Cómo llegar a la ruta por el Norte de Vietnam
- Para llegar a la región montañosa del Norte de Vietnam se requiere tomar un vuelo a Hanói (los aéreos desde Buenos Aires arrancan en los USD$ 1900 con escalas) y desde allí trasladarse por carretera. Desde Europa hay vuelos desde Madrid y Barcelona con escala vía Dubai y Moscú (la ruta más económica).
- Para buscar vuelos baratos a Hanoi desde Buenos Aires hacer click acá.
Traslado desde el aeropuerto
- Tené en cuenta que llegar a Hanoi es todo un desafío por el tema del idioma y agradecerás que cuando llegues después de un largo viaje en avión alguien te esté esperando con un cartel con tu nombre y así evitás el agobio de desplazarte por una ciudad nueva.
Transporte en la ruta por el Norte de Vietnam
- Para el recorrido realizado es aconsejable alquilar un vehículo con conductor ya que los buses en estas zonas cambian los recorridos y horarios según el estado de las rutas. Para conocer los buses disponibles recomiendo visitar esta web que funciona muy bien en Asia en general.
- Si sos aventurero se puede alquilar una moto pero manejar es bastante peligroso ya que los caminos son sinuosos, con pendientes y deslizamientos de tierra en temporada de lluvias.
- Lo mejor es reservar tours de agencias locales como Asiática Travel, una de las pocas que ofrece guías en español y es de las más experimentadas en la región.
Dónde dormir en la ruta por el Norte de Vietnam
- En Hanoi dormimos en el hotel SuperHanoi (antes se llamaba Le Carnot). Se encuentra muy bien ubicado, en el barrio antiguo de la ciudad, por lo que es muy cómodo para moverse. Está a a 5 minutos a pie de la torre Hang Dau, la iglesia Cua Bac y el mercado Dong Xuan.
- Para buscar más hospedaje en Hanoi hacer click acá.
- Para el resto del recorrido nos hospedamos en las casas de familia (Guest House) de los locales de las distintas etnias a través de la agencia. Te aconsejo que te contactes con la agencia para consultar disponibilidad de fechas y precios ya que muchas de estas familias sólo trabajan a través de mayoristas y es complicado hacerlo por tu cuenta (además de la dificultad del idioma ya que no hablan ni español ni inglés).
- En Sapa sí hay más disponibilidad de hospedajes para alquilar por tu cuenta. Podés hacerlo desde acá.
Seguro de viaje
- En tu viaje por la ruta por el Norte de Vietnam, es muy importante contratar un seguro de viaje.
Comunicaciones en la ruta por el Norte de Vietnam
- Durante mis viajes que necesito seguir conectada por mi trabajo he probado el producto HolaSim, una muy buena alternativa para seguir comunicada. Se trata de un chip prepago para cuando viajás al exterior.
- Una de las grandes ventajas es que es muy fácil de usar, ya que usás tu propio teléfono (tiene que estar liberado) pero reemplazás la línea por una más económica. Es decir lo único que tenés que hacer es cambiar el chip de tu operador local (Movistar, Claro, Personal) de tu celular por el de HolaSim (que se compra previamente en Argentina) De esta manera no perdí ni un minuto de mi viaje pensado en esto, ya que llevé el chip desde mi país y funciona instantáneamente al llegar al destino. No está de más aclarar que para utilizar este chip el celular debe estar desbloqueado/ liberado. Si tenés dudas la forma más sencilla de saber si tu teléfono está bloqueado es pedir prestado una tarjeta SIM de cualquier persona que esté usando un proveedor diferente. Si al encender el teléfono te reconoce el chip, es porque está desbloqueado y el chip HolaSim funcionará bien.
- La gran ventaja (además de lo fácil que es usarlo) es que al ser prepago tendrás un control de los gastos, sabrás cuánto vas a gastar de antemano y nunca gastarás más de lo que querés. Y así evitás las tarifas altas de roaming que cobran los operadores locales. Te ahorrás hasta un 80% en roaming y se puede navegar, llamar y recibir llamadas, usar las redes sociales, Whatsapp, chequear los mails, mandar y recibir mensajes de texto, etc.
- Muchos viajeros lo que hacen actualmente es comprar chips locales en el destino si van a estar varios días/meses pero si están yendo de un país a otro o por poco tiempo es una ventaja tener una sola tarjeta SIM que sirva para varios destinos. Además tenés la libertad de no tener que estar pagando un abono mensual o de estar firmando contratos. Cuando volvés simplemente cambiás el chip a tu operador local nuevamente y volvés a usar tu celular como siempre.
Voluntariados
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5 Comments
Gilda Selis
Hola Cari! jeje qué gracioso! Ayyy siii fue un hermoso viaje! Asia me voló la cabeza y qué lindo haberlo podido compartir con tu compañía, me hacés reír mucho! Ojalá los viajes nos sigan encontrando, te mando un abrazo grande! :)
Carina Fossati
Gil querida! Qué nostalgia ese viaje! Estoy releyendo ahora tu posteo y vi que quedaron tres comentarios raros míos jajajaja, lo que sucedió es que en tres posteos de mi blog sobre nuestro viaje yo puse hipervínculo a esta nota (y a las que escribieron Laura y Babi) y por alguna extraña razón a ti en este posteo te figura el comentario. ¡Qué raro! Pero bueno, en fin, fue una experiencia divina no solo el viaje al Sudeste en si mismo, sino haberlo compartido con vos, tu paciencia y buen humor son únicos! ¡Ojalá volvamos a coincidir!
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