Un reencuentro inesperado: 11 años después, la niña que fue mi guía en Ecuador me encontró en internet e invitó a volver.
El reencuentro inesperado: la niña que fue mi guía en Ecuador me encontró 11 años después
«Hola, Gilda, mucho gusto. Me encontré en internet con tu historia del 2014 cuando estuviste en Ecuador… Tal vez ya soy irreconocible para vos, pero yo también me sorprendí al leerla. Soy la niña que fue tu guía en ese momento, Geraldine….»
Leo el mensaje privado de Instagram y me quedo inmóvil. Geraldine. La niña de once años que nos recibió en la lancha un primero de enero con su vestido ligero y su bikini azul asomando por los hombros.
«Te sorprenderá que en realidad me llamo Yaneri pero a esa edad tenía una imaginación tremenda y yo sentía que podía cambiar de nombre a mi gusto».
Cierro los ojos y me transporto a la Isla Salango.
─¡Feliz año nuevo! ─su vocecita resuena en mi memoria.
─¡Feliz año! ─le respondí con una sonrisa.
─Yo voy a ser su guía.
Había dicho esas palabras con timidez, pero con los ojos encendidos de curiosidad. Se movía descalza por la lancha como si fuera su casa, la única sin salvavidas, explicándonos sobre los pelícanos, los piqueros de patas azules y la «Playa del Amor».
─¿Sabías que las tortugas vienen acá a tener hijitos? ─me había contado con entusiasmo. Y luego, en un susurro cómplice: ─Yo tengo un noviecito en la escuela.
Me acuerdo de todo. Sobre todo de sus ojos, de sus pestañas largas y tupidas que se movían como un subibaja.
«Los ojos no me han cambiado. Ya soy mamá, mi nena tiene mis mismos ojos grandes y pestañas inmensas, como los que describís en tu relato. Es Igual de coqueta e interactiva . Gracias por esa historia tan bonita».
Ahora, once años después, Yaneri me escribe para invitarme a volver a Ecuador.
«Puerto López cambió mucho. La agencia de turismo ahora es de mi tío y se llama Arrecifes Marino. Aquí te estaré esperando para volver a ser tu guía.»
El tiempo pasó. Las olas fueron y vinieron. Ella creció, yo también. Pero hay cosas que se mantienen intactas: la memoria de un encuentro, la magia de una historia compartida.
Al final, los lugares son las personas. No siempre volvemos por la playa, la ciudad o el paisaje, sino por quienes nos hicieron sentir algo ahí.
Geraldine—o Yaneri—me espera en Ecuador. Y yo me quedé pensando en cuántos otros nombres, rostros y momentos quedaron guardados en mis viajes sin que yo lo supiera.
🔗 Leé la historia completa de aquel encuentro del 2014 acá.
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