En este post te cuento cómo surgió la idea de viajar a Guinea, África.
Cómo surgió la idea de viajar a Guinea: Danza, formación y aprendizaje
Jamás imaginé aquel diciembre del 2014 cuando acompañaba a una de mis mejores amigas de la facultad a su muestra de danza africana, que casi 9 años más tarde, estaría a horas de tomarme un avión al continente africano.
Aquella noche no sabía lo que iba a encontrar. Una quinta lejana, mujeres bailando descalzas una danza que desconocía, y unos videos de Guinea con voz en off. Mi idea era simple: acompañar a mi amiga en su muestra de fin de año. Como cuando acompañás a una muestra de tela, a una de teatro, de stand up o de coro. Fotos, aplausos, abrazos, felicitaciones y cada cual a su casa. Pero esa noche creo que alguna fibra tocó mi cuerpo.
No sé si fueron los videos de un destino tan distinto (que tocó mi alma viajera) pero lo que más recuerdo es la sonrisa de mi amiga. La conocía hacía 8 años y nunca la había visto tan feliz, tan brillante, taaaaan expansiva como si fuera una onda radiactiva. Esa misma noche empecé a mirarla tapada con una frazada (había bajado mucho la temperatura después del diluvio de la noche anterior) y terminé transpirando como loca en el medio de un fogón intentando agarrar un paso con desconocidxs. Obviamente no pegué ni uno pero me fui a dormir agotada y feliz. Al día siguiente le pedí el contacto de la profe y en marzo del año siguiente empecé danza guineana. Decidí probar y nunca paré.
Son (hasta ahora) 8 años ininterrumpidos. Los martes y jueves de afro no se negocian. Solo falto por mi otra pasión, los viajes. Quiero aclarar que yo siempre fui una chica anti deportista, odiaba educación física en la escuela, ir al gimnasio, etc. Hacer ejercicio físico no era para mí, pensaba. Y por eso, quizás es que me cuesta tanto explicar lo que se siente bailar danza guineana. Es salud, es poner el cuerpo, es fiesta, es encuentro, es resistencia, es compromiso, es refugio, es ritmo, es tribu, es COMPARTIR. Y hablando de compartir…
A principios del 2022, nuestra profesora nos hizo una propuesta: viajar juntas a Guinea a tomar clases con maestrxs de la etnia susu y malinké y a conocer la cultura que estudiamos (porque es el folcklore de un pueblo) desde adentro. Sumergirnos en la fuente. Esta vez resonaba ir a formarse acompañada de alumnas. Nos dijo que no sabía si era algo posible o si realmente era una locura. En el mismo instante pensé que sí era una locura pero de esas lindas que te hacen vibrar y desear algo tan fuerte que se te activan todos los sentidos y en todos los planos para lograr que ese sueño sea posible. Y, pellizquenme, LO ESTÁ SIENDO.
Después de un año de planificar, de muchas reuniones, de sacar cuentas, de ahorrar, de pedir ayuda, de trabajar mucho, de investigar, de darnos vacunas, de tramitar la visa, de comprar medicamentos que jamás habíamos tomado, de muchas clases y seminarios, de mucho entrenamiento físico y conciencia corporal… NOS VAMOS A GUINEA!! Mañana volamos y hace más de un mes que estamos viviendo una vida suspendida. Somos incapaces de planificar el año (yo que amo flexiplanificar!!). Y no es por vagancia o procrastinación. Es porque sabemos que de este viaje no vamos a volver igual. Que van a suceder tantas cosas… que nuestro cuerpo, mente y corazón se van a expandir!
El choque cultural será tan fuerte que la danza nos sostendrá. Allí donde seamos incapaces de comunicarnos en el dialecto local, o que no podamos entender la religión musulmana, siempre habrá un tambor o una llamada del djembé donde nos podamos anclar. Una mirada cómplice, unos pies embarrados, un choque de manos transpiradas. Obvio que hay miedos. A no poder comunicarnos, al calor extremo, a las enfermedades, a los bichos, a que el cuerpo no resista tanta exigencia física pero sabemos que todo eso convive y es parte de lo que vamos a buscar y de los umbrales que vamos atravesar.
Como dijo nuestra gran maestra Camila Mainetti nos vamos a curtir en todos los sentidos pero el sentir nos mueve!! Por acá resuenan dos palabras: CONFIANZA Y ENTREGA. Allá vamos! 😀
Espero a través de las fotos y relatos hacerlos viajar un poco conmigo.
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